Sobre el vegetarianismo. Escribo estas líneas sobre un tema el cual no me gusta tratar. Pero lo creo necesario. Tengo 18 años y soy vegetariana desde los 13. Esto en países como Inglaterra, Dinamarca, Finlandia, Noruega es muy normal pero en España no es así.
Primeramente, voy a explicar que significa ser vegetariano, porque siempre hay mucha duda respecto al concepto. Una persona vegetariana no come ni carne, NI PESCADO (los peces también son animales ¿sabes?). Sí que comemos huevos (en mi caso de gallinas camperas) y lácteos (en mi caso algún yogurt y queso, pero nunca leche de vaca). Para quien tenga curiosidad los veganos o veganos estrictos no comen NADA de origen animal. Soy vegetariana y estoy 100% sana, consumo proteínas de origen vegetal (porque sí, también existen) no me falta hierro, ni vitaminas, ni me noto cansada, ni he dejado de ser una mujer fértil.
Cuando digo o comento que soy vegetariana sencillamente te estoy explicando un rasgo mío, como quien comenta que su plato favorito es la pasta. NUNCA intento convencer a ninguna persona para que deje la carne o el pescado, NUNCA te estoy diciendo que no lo estes haciendo bien. Generalmente la reacción de las personas es de curiosidad o de ignorancia absoluta hacia el tema, cosa que no critico puesto que también soy ignorante con los temas que nunca me han interesado. Dicho esto lanzo una pregunta… ¿Porqué cuando comento que soy vegetariana la gente se me tira encima como si dijese que sufro un trastorno? No pido comprensión, ni conocimiento, pido respeto. Los vegetarianos no comemos solo lechuga, ni nos dan pena los animales, ni odiamos a las personas que disfrutan con la carne, ni nos creemos superiores moralmente.
A todo esto, lo único que pido a las personas omnívoras es RESPETO hacia la decisión que hemos tomado los vegetarianos, veganos o veganos estrictos. No pido COMPRENSIÓN. Muchas gracias.
sábado, 26 de septiembre de 2015
sábado, 12 de septiembre de 2015
Piel canela
Tiene los ojos chinos y la piel canela. Si mi comienzo tuviera cara sería morena y alargada. Me pregunto qué sexo le pondría ¿mujer o hombre? No sé quien me da más compañía. Recuerdo el día en que me di cuenta de que yo era algo así como artista, bohemia, conectada con lo imposible, amante de las causas perdidas. No se me olvida cuando quise ser ordenada, médica , matemática, física. Qué risa. Pensé que mi pasión no era el comienzo sino el final. Qué tontería. Mamá yo soy artista. Y ella ya lo sabía. Los inicios, que diversión, que vértigo, que emoción. Quise resolver problemas matemáticos, cual perro volando, así era yo. Colores, lápices, telas, cámaras, palabras, imágenes, cual perro corriendo así soy yo. Hubo un día, delante de un número que pensé: “Que bellas son las flores.” Solo me entenderás si eres muy optimista, hasta llegar al extremo. Nos podrían estar matando que diríamos que no hay muerte a la vista. Si mi comienzo tuviera cuerpo sería huesudo. Por todos los recovecos en los que tendré que estar antes de llegar a mí destino. Por los golpes. Por las cimas. Por las alturas. Por el vértigo. Por las bajadas. Esa vez que intenté subir y me quedé a la mitad y vi que lo bonito de llegar era el camino. Tiene los ojos chinos y la piel canela. Dicen que parece una princesa de larga melena, de las que montan a caballo y luchan sin bandera. Pero si mi comienzo tuviera alma sería la de una reina. Diría a todos que tienen que ir a la guerra, a la guerra del amor. Les mandaría meterse en la cama con quien sea que quieran, cuando haya amor mutuo. Una reina, la reina del cariño. Mi comienzo no tiene sexo, ni cara, ni cuerpo, ni alma. Mi comienzo solo me tiene a mí y a un hermoso lienzo en blanco listo para llenar con mi pasión de artista, bohemia, desordenada, matemáticamente no apta, colorida, cosida, remangada, conjuntada y desparejada.
martes, 1 de septiembre de 2015
Mi amante
Hoy se me ha presentado mi
amante, y es una locura porque estoy enamorada. Pero es que mi amante es
diferente, me deja y vuelve. Mi amante no tiene cara, ni piernas, ni brazos ni
siquiera tiene cuerpo. Mi amante se mueve, es ajeno, es mágico. Mi amante no
conoce la paciencia, ni el respiro. Mi amante no sabe que existo. Cual rocío mañanero
viene con la noche y parte al alba. Mi amante. Mi tan querido amante. No
escribo sobre sexo, ni sobre sueños, ni sobre Diarios de Noa. De esas maravillas
ya tengo gracias a dos ángeles. Escribo sobre verdad, sobre inspiración, sobre “he
hecho” y no sobre “podría hacer”. Mi amante es bandido. Mi amante ha conseguido
que sea siempre “la diferente”. Mi amante hace que me AME. Porque primero ámate
y luego deja que te amen. Mi amante es muy simpático gracias a él me rio de mi
misma. Mi amante, quien podría ser mi amante. Te cuento esto por todo lo que ya
he vivido, y es que tantas vidas dan para mucho ¿Sabes?
Ahora, gracias a mi amante, sé
que la opinión de profesores no es nada importante. Pero hacerle caso a un
madre sí, a una madre que no debe saberlo todo (claro). Ahora, gracias a mi
amante, sé que todo llega pero con constancia y mucho, mucho trabajo. Las cosas
se pueden dejar a los ángeles, sí, pero ocúpate tú también. Ahora, gracias a mi
amante, veo el mundo diferente y los comienzos como oportunidades. No dejo nada
al azar y estoy aprendiendo a dejarme llevar. Los que me conocen saben que ha
regañadientes. Ahora, gracias a mi amante, sé que no sé nada. Y es que un
puñado de palabras no te hace bueno escribiendo, un número en un examen no te
hace el más inteligente o el más tonto. No obstante, por el contrario, sé que
es lo que te hace ser el más afortunado del mundo: te quiero, gracias, un plato
de comida delante, abrir un grifo y que salga agua, hacerte la cama por las
mañanas, el primer pipí del día, una ducha de agua fría, que se te enrede el
pelo, un abrazo.
Mi amante, me ha enseñado mucho.
Es muy sabio. Él siempre dice que conseguiré todo lo que quiera, porque si lo
quiero lo trabajo y si trabajas de verdad en algo solo te queda la opción del triunfo.
Y ahora quizás te preguntes quién es mi amante
y de dónde lo he sacado. Te responderé a
eso, es muy importante. Mi amante lo saqué un día que me miré al espejo y me
dije te quiero.
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